Periodista

El abogado defensor del Gobierno, Jesús Cardenal, --cuya minuta la paga la Fiscalía General del Estado-- ha cargado contra Nunca Máis, la pesadilla de Aznar. Cardenal ha actuado con celeridad insólita, tras una denuncia del ultra Miguel Bernard, líder del sindicato (?) Manos Limpias. ¿Procederá así Cardenal respecto del exdelfín de Fraga, Cuiña, cuyo enriquecimiento prodigioso ha corrido en paralelo a su carrera política?

Mientras Fraga cazaba, su hombre de confianza hacía negocios equívocos --como siempre--, esta vez gracias al chapapote. Pero Cuiña no ha caído por ello, sino por díscolo. Y porque la guerra sucesoria gallega se libra a muerte entre los presuntos implicados. La guerra sucesoria de Aznar, atención, puede estallar pronto.