Tal vez peque de pesimismo si me da la impresión de que se acumulan los problemas españoles, aunque Sánchez derroche galanura, ya sea en el avión presidencial con esas gafas que le convierten en un regalo para la vista, como sabe bien su asesor de imagen, ya en el periódico que otrora le considerara un incapaz, ya en Bruselas con su inglés de clase business, ya sonriendo a Merkel o a Macron, ya, y sobre todo, al lado de Torra, por aquello de la diferencia de razas catalana e hispana.

Por ejemplo, me preocupa que Iglesias se pasee sin que Sánchez le desautorice, en pretendida calidad de amiguete del presi, visitando políticos presos y llamándolos presos políticos o haciendo como que media ante el clasista, racista y supremacista president para autoproclamarse embajador de buenos deseos de todos los que encumbraron a la presidencia al líder del PSOE y sentenciar que Cataluña solo permanecerá en España si esta se convierte en república. Y me preocupa también que Sánchez y Urkullu sintonicen más, por ejemplo, que Sánchez y Javier Fernández o que Sánchez y Susana Díaz, aunque deba dar gracias de que, al menos, Sánchez y Vara sintonizan que da gloria. Será que me he vuelto desconfiada, pero tanto cariño, tanta complacencia, y tanta sintonía no apetece a quien, como yo, considera que populistas e independentistas son un peligro cercano a lo letal para el desarrollo de nuestro país y para la igualdad de todos los españoles sin importar el territorio en el que vivan.

Sin embargo, todos estos recelos no son nada comparados con los padecimientos jeremíacos que veo padecer a mis hombres más queridos cuando le toca jugar a España en este mundial atípico, en al que, por lo visto el portero ha hecho una sola parada y de casualidad, no hay entrenador y cada vez que el equipo contrario pasa del medio campo, nos marca un gol.

Pues que no se desesperen. Que así ganaba el Madrid en la Eurocopa y la ganó. O en otro orden de cosas, de una manera muy parecida a la clasificación como primera de grupo ganó la presidencia Sánchez y ahí está. Hecho un campeón.

*Profesora.