XExl 25 de febrero de 1983 se aprueba el Estatuto de Autonomía de Extremadura y, con esta norma, se refrenda a nivel estatal y regional lo que era un hecho histórico incuestionable: Mérida era, es y será la capital de Extremadura. Esta aseveración no responde a un pronunciamiento político, institucional o personal; es una evidencia de la que nadie tiene dudas. Tan claro estaba en quienes elaboraron el Estatuto de Autonomía de Extremadura que el artículo cinco, en su enunciado, lo da por supuesto: "La sede de la Junta y de la Asamblea se fijan en Mérida... que es la capital de Extremadura". Por lo tanto al césar lo que es del césar y a la capital lo que le corresponde a la capital. Y, desde mi punto de vista, que comparten muchos ciudadanos extremeños, lo que es bueno para Mérida es bueno para Extremadura, como eje vertebrador de nuestra tierra, como centro estratégico, de comunicaciones y referencia para la región e, incluso, por razones de eficacia. Este argumento es a favor de Extremadura y, por eso mismo, no puede ni debe ser interpretado como argumento contra nadie, ni contra Badajoz mucho menos, ciudad hermana que fundó un emeritense y cuyo futuro, desarrollo y progreso esta unido al de Mérida, está unido al futuro de toda Extremadura y pasa por la cooperación leal de las dos ciudades.

En la región hay que superar viejos discursos y poner todos los recursos al servicio de los ciudadanos. Como alcalde de Mérida he reivindicado la construcción de autovías que unan a los extremeños desde la autovía Cáceres-Badajoz, Badajoz-Almendralejo, Mérida-Valencia (a su paso por Don Benito) y también hay que tener en cuenta la situación en Zafra y las autovías regionales que se están acometiendo y que ya incluía el PP en su programa electoral de 1999. Me parece que son autovías autonómicas totalmente necesarias. Comunicar las ciudades extremeñas importantes por autovía, Badajoz con una zona rica y emprendedora como es Tierra de Barros o la zona de Jerez de los Caballeros, donde existe un sector industrial muy importante, son redes de comunicación absolutamente necesarias.

La capital de Extremadura es sede de sus instituciones mas representativas y desde su consistorio nada extremeño nos es ajeno. Ese reconocimiento no es óbice para que reivindiquemos el tratamiento que esta ciudad merece y debiera conllevar. Por eso es lógico que sea Mérida, además, quien acoja a la futura televisión autonómica, a la Delegación del Gobierno en Extremadura y a las sedes de los organismos dependientes de los distintos ministerios. Por eso se da por supuesto que si un centro, o plataforma, logística de transporte viniera a la región, el lugar más idóneo para la misma sería esta ciudad. Las dudas razonables no vienen desde Badajoz, vienen desde quienes anuncian compromisos ciertos con la región, compromisos que después se los lleva el viento. En la misma reunión en la que se anunciaba ese centro logístico no se firmaba el Plan Especial de Empleo, tan necesario para Extremadura, que se había venido a firmar y que se llevaba anunciando varios meses. ¿Ofrecen credibilidad esos comportamientos? Ni para Mérida ni para Extremadura que espera atenta cualquier medida que sirviera para paliar las cifras de desempleo en la región, sobre todo el femenino, aunque gran parte de la culpa de esta situación la tiene Rodríguez Ibarra y su mala política económica. En esa citada reunión, hubo una rebaja en el nivel reivindicativo y de exigencia del gobierno extremeño hacia Madrid, precisamente algo que no queremos rebajar desde Mérida, nuestro nivel de exigencia por hacer una capital de Extremadura digna, próspera y orgullo de todos los extremeños.

*Alcalde de Mérida