WLwas dos multinacionales del tabaco que dominan el mercado español se han apuntado a la guerra de precios a la baja. Seguramente eso durará poco, porque sus márgenes dependen mucho de los impuestos que gravan cada paquete. Y el Gobierno está dispuesto a seguir aumentándolos, como anunció hace 15 días, para frenar la penetración del tabaco barato entre los jóvenes y los inmigrantes, un auge que desvirtuaría toda la campaña de profilaxis contra el tabaquismo. Lo inesperado es que esas multinacionales, Altadis --la antigua Tabacalera-- y Philip Morris, titular de las marcas del rubio americano, hayan entrado en la guerra de bajar los precios.

También están agitados los estanqueros, que amenazan con cinco días de huelga pese a que la tienen prohibida en tanto que son negocios por concesión administrativa. Pero cerrarán con el subterfugio de "hacer inventario" para llamar la atención sobre que se les acaba el negocio que esperaban hacer al limitarse las ventas fuera de sus establecimientos. La caída de precios y la subida de impuestos les supone un duro golpe. Pero es lógico que si se lucha masivamente contra el tabaco se vendan menos cajetillas. De modo que hay poco arreglo posible a esa crisis.