Nieto, hijo, yerno, cuñado, sobrino, primo, amigo, compañero... algunos parentescos me faltarían pero os puedo asegurar que conozco a gente que todos sus parentescos son... de Tabaquero.

Si reflexionamos un momento sobre lo que esto supone, podemos darnos cuenta de la importancia y el riesgo que supondría la desaparición de este cultivo de nuestras comarcas productoras. Y no quiero que se malinterprete, pues mi filosofía política no es conservadora precisamente, porque se podría pensar que se justifica por sí solo por el simple hecho de que todo el mundo es tabaquero y sería muy complicado innovar, reestructurar y reconvertir este sector. Pues no, no quiero manifestar mi apoyo al mantenimiento del tabaco por el simple hecho de ser un monocultivo en las comarcas productoras de La Vera, Campo Arañuelo y las Vegas del Alagón.

No por eso, ni tan siquiera por el respaldo que ha tenido esta producción de tabaco de las políticas que emergen del seno europeo, que ha hecho que esta familia tabaquera se fijara en el medio rural, que estos tabaqueros se hayan preocupado de la conservación del entorno, que estos tabaqueros hayan puesto en escena muchas políticas de apoyo al desarrollo de lo rural, que estos tabaqueros hayan innovado en sus producciones, que estos tabaqueros hayan mejorado sustancialmente sus calidades, que estos tabaqueros hayan realizado planes de mejora en sus explotaciones, que estos tabaqueros se hayan preocupado por la eficiencia energética de sus instalaciones, en definitiva, cultivadores de tabaco que han puesto en escena la filosofía política europea...

XES MAS,x es un cultivo sin excedentes de producción, que Europa produce una mínima parte de lo que el mercado solicita. Pero tampoco quiero justificar mi apoyo al mantenimiento del cultivo de tabaco en el sentido de que no es un producto que recibe ayudas por almacenamiento, ni por retirada de producción. Está claro que es un producto que tiene una considerable demanda en el mercado, y podría apoyarme en esta máxima para pedir su mantenimiento, pero no lo haré.

Hasta aquí, tendríamos argumentos suficientes como para preguntarnos ¿por qué se pretende castigar al tabaquero si él no produce fumadores, sino tabaco? ¿Por qué se pretende que estas personas cambien de cultura productiva?

Responderé con otra pregunta, ¿por qué nadie obligó a los fabricantes de coches a diversificar sus producciones y construir bicicletas previendo que los gases que emiten esos automóviles son perjudiciales para el cumplimiento del Protocolo de Kioto? En fin, preguntas mal intencionadas que no conducen a nada, o por lo menos a mí.

Quisiera obviar las argumentaciones anteriores para justificar el mantenimiento del cultivo del tabaco y de su actual sistema de ayudas a la producción, en algo tan simple como es el mantenimiento del empleo y de la economía que genera este sector.

En los tiempos que corren, alguien coherente ¿puede seguir empeñado en pulsar el botón de off a esta línea de producción? Y esta pregunta no es mal intencionada, esta me quita el sueño. Pero también me provoca seguir en la lucha y presionar a quienes están empeñados en la desaparición del cultivo, porque su mantenimiento no es un deseo baladí sino una necesidad.

Si no vale el reconocimiento y la defensa unánime que han hecho los ayuntamientos, las diputaciones, la Asamblea de Extremadura, la Junta de Extremadura, el Gobierno de Zapatero , el Parlamento Europeo, los partidos políticos, ¿que más argumentos se necesitan para justificar el mantenimiento de este cultivo?

Hay una persona, que a la vez que escribo estas líneas ha vuelto a declarar claramente que "no va a reabrir el acuerdo de 2004 sobre los productos mediterráneos --aceite, algodón y tabaco--, definitivamente no", "que no está dispuesta a estudiar una prolongación hasta el 2013 del régimen actual de subvenciones al tabaco", no es otra que la comisaria Fischer Boel .

Quedan menos de veinte días para una decisión que a mi entender debería estar en consonancia con las argumentaciones que he dado. La señora Fischer está empeñada en mantener inamovible su posición, el sector tabaquero y los que nos identificamos plenamente con su lucha, también. Por tanto no perdemos de vista la fijación de color en la negociación para obtener un resultado óptimo en el proceso de curado .

Volvemos a volar, de nuevo enarbolamos banderas: "soy tabaquero", otra vez nos manifestamos... ahí estaremos.