Los ministros de Agricultura de los Quince lo tienen cada vez más difícil para sacar adelante la reforma del sector del tabaco impulsada por la Comisión Europea, cuyo objetivo es desvincular las ayudas de la producción, propuesta que perjudica considerablemente a los tabaqueros extremeños. Si primero fue el Consejo Económico y Social de la UE el que rechazo la idea del comisario Fischler de desacoplar las subvenciones que actualmente reciben los cultivadores de tabaco, ayer fue la Comisión de Agricultura de Parlamento Europeo la que dijo que era ilógica la medida e introdujo una variante: que al menos el 70% de las ayudas sigan ligadas a la producción. Aunque desde Extremadura se considera insuficiente la propuesta del Parlamento, al menos ven que las tesis del sector comienzan a tomar fuerza frente al despropósito que sería que prosperara la iniciativa de los tecnócratas de Bruselas.

Si bien la guerra del tabaco no está aún ganada, sí es importante ir superando escollos. Aunque los dos informes emitidos hasta ahora no son vinculantes para los gobiernos, es lógico pensar que serán tomados en consideración a la hora de adoptar una decisión, que ahora mismo es claramente favorable para los intereses de las 20.000 familias extremeñas que viven del cultivo del tabaco.