TAtnte la preocupación que está produciendo en las filas de la derecha el talante de Zapatero, lejos de tranquilizarla, la saca de sus casillas. Para contrarrestarla, Rajoy se nos pone sainetero. Yo creo que lo que les pasa es que están muy preocupados, y alguno en particular, al borde del suicidio. Perder siempre es molesto, pero perder cuando no te lo esperas, es desesperante. Si el propio PSOE se hace una vigilancia interior ante futuros submarinos con carga nuclear, si no permite el menor asomo de destrucción desde dentro (aunque lo van a intentar), puede que tengamos un gobierno histórico, pero no nos engañemos, no será fácil. Aunque siempre queda la esperanza que gran parte del éxito de la economía se lo deban a Solbes, que fue el que cimentó todo. Pero ya veremos hasta dónde puede dar de sí la economía, pues el endeudamiento familiar en estos últimos ocho años es impresionante. Y muy preocupante.

La remodelación en Extremadura ha puesto a prueba, una vez más, el talento de Rodríguez Ibarra, y las respuestas no se han hecho esperar. Yo creo que el nombramiento de Sánchez Amor, claro que qué voy a decir yo, que somos amigos desde que inventamos el Algarve y recorríamos Portugal hace veinte años, es un gran acierto. Da risa como ha dicho una gallina clueca, que el ejecutivo ha perdido peso político. O sea que el gobierno se mide por el pelo de la dehesa o por su peso en canal. Es una forma de amargarse la vida. Sánchez Amor tiene el peso de su formación y de ser un estudioso observador. Y además, es muy capaz. Es un nombramiento cojonudo. Y si el caudillismo da estos resultados, bienvenidos sean, porque demócratas de este calado conozco pocos.

*Escritor