Cómo se construye una Capital Cultural? Entiéndase como cápita, del latín cabeza de algo, no como cantidad de dinero.

Desde luego, con dinero, no. El dinero, un mal no sé si necesario o innecesario, permite que haya infraestructuras e instalaciones, que no las hay. Pero ¿qué son éstas sin talento que las haga funcionar, que las haga originales e innovadoras? Algo innovador, término utilizado últimamente con mucha frivolidad, requiere de la aceptación general, a parte de que sea algo nuevo, no necesita del vil metal para ser considerado como tal, aunque luego le permita a uno forrarse.

Yo creo sinceramente que una capitalidad ha de merecerse, y Cáceres la merece, a mi entender no por la gestión que hacen sus instituciones de la cultura sino más bien por el talante, espontaneidad y ganas de aprender, de compartir experiencias y alegrías de sus gentes, que llenan los eventos como Womad, Extremúsika, San Pancracios, Festival de Teatro Clásico-, y los hace grandes. Por el talento de sus artistas y su entrega sincera a esta tarea tan ingrata y tan minusvalorada en esta ciudad. Obreros del arte y la imaginación que han crecido sufriendo al margen de ellas, las instituciones, pero esto les ha hecho fuertes e inmortales. Por ejemplo, Extremoduro.

Que algunas se han sumado al carro del triunfador muchas veces y otras directamente han ignorado a sus artistas.

Porque el éxito o el fracaso de algunos de ellos se deben más bien al apoyo e incondicionalidad de la Güena Genti Ehtremeña , que al de las instituciones, carentes de capacidad visionaria y de apostar seriamente por el producto local.

XAHORA TODOSx se preguntan, nos preguntamos: ¿Cómo será gestionado ese capital para la capital? ¿Quiénes se repartirán esta suculenta tarta? ¿Es porque Zapatero les instó a apoyar la Cultura sin fisuras, según comentó Fernandez Vara ?

Mucho nos tememos que sigan en sus trece, pagando cachés hipermillonarios a estrellas innovadoras de medio pelo, regalando la gestión a empresas foráneas porque ofrecen presupuestos más baratos, cerrando las puertas a cal y canto a los artistas extremeños- Espero que no nos brinden otro trago Amargo como el de Tenerife ni nada por el estilo. O que llenen esto de triunfitos a los que les hemos visto ya hasta los palomos. O que vuelvan las estrellas de los 60 y 70, hoy venidas a menos, muchas de ellas convertidas en frikies vejestorios vendidos a la indolente prensa rosa. Señores, a ver si se enteran de una vez de que la tele, tal y como la concebimos aún, agoniza. Nunca se registraron cuotas tan bajas de audiencia y ha dejado de ser referente de nada más que de basura y comercio publicitario feroz (trozos de contenido entre la publicidad)

Dejen a los artistas y a las gentes sencillas de Cáceres y de Extremadura gestionar ese capital y los eventos. Esta capitalidad es para ellos, para la gente que luchó por la escuela de Malawi por ejemplo, para la gente de Amex, que llevamos más de una década sorbiéndonos los mocos, no para instituciones que no dotan económicamente al festival Amex o al Amexwomad que se prevé en la plaza de toros tras el Womad. Consideren a los artistas como trabajadores tan dignos como cualquiera. Hagan de nosotros unas estrellas que brillen con luz propia en el casi inaccesible firmamento del arte español, y les devolveremos esta inversión con creces. Porque lo haremos por nuestra propia ciudad no para gloria política de nadie.

Empiecen a crear festivales y a apoyar a los ya creados, grabar discos recopilatorios de música extremeña, ayudar a los grupos que no pueden ser empresa, ofrecer espacio web gratuito a sus artistas para que se promocionen, enlaces desde páginas institucionales a las de los artistas, subvencionen locales de ensayo, conciertos en salas y al aire libre y espacios creativos donde dar rienda suelta a la imaginación. Apoyen incondicionalmente su folklore, turismo y gastronomía y cualquier tipo de arte, pero sobre todo confíen más en sus artistas y talentos como dignos obreros y pequeños empresarios sometidos al azote del capitalismo salvaje, y que tienen tanto derecho como cualquiera a su pedacito de tarta, y a ser parte integrante y remunerada de la vida cultural de la ciudad, porque sus familias también tienen que comer y pagar la hipoteca.

*Periodista y músico