WCwuando el PP se pone la venda antes de la herida y critica sin fundamento la reordenación del sector audiovisual del Gobierno del PSOE, hablando de "cacicada" y "tropelía", haría bien en mirar a su alrededor, sin ir más lejos a la Comunidad de Madrid. Recientes aún las concesiones hechas por Manuel Fraga mientras preparaba las maletas en la Xunta, Esperanza Aguirre acaba de otorgar 30 canales de TV digital terrestre aplicando los criterios que Angel Acebes, tanto critica: amiguismo, favoritismo y desprecio a los informes técnicos. Basta con ver la lista de agraciados, algunos de ellos sin capacidad ni cualificación profesional, para comprobar que la decisión adolece de falta de pluralismo y favorece sólo a los medios de la derecha e incluso de la ultraderecha. El número dos del Gobierno madrileño, Ignacio González, explicó con un cinismo que causa rubor que en las concesiones se había primado "la calidad y la pluralidad de contenidos". Le faltó añadir que se refería a la pluralidad dentro de los amigos del PP. Con estas actuaciones, el PP no está legitimado para descalificar la reforma de TVE, que vive ahora una de las etapas de mayor pluralismo.