El propósito de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, de nacionalizar los 10 fondos de pensiones que gestionan entidades privadas, entre ellas el BBVA, provocó ayer el desplome de los valores de las empresas españoles con inversiones en aquel país --el propio BBVA, Repsol, Telefónica, el Santander--, lo que desencadenó la caída del Ibex 35 el 8,16%, la segunda mayor del año, ante el temor de que en el futuro se produzcan nuevas nacionalizaciones. El pretexto para que el Estado se haga cargo de los fondos es que las inversiones realizadas por sus gestores, afectadas por la crisis financiera, los han puesto en peligro y es preciso nacionalizarlos para que el Estado garantice su viabilidad y el pago de las pensiones. La sospecha, no solo en las filas de la oposición al peronismo, es que la presidenta pretende hacerse cargo de los fondos de pensiones de 9,5 millones de argentinos, con unas inversiones estimadas de 22.880 millones de euros, para inyectar dinero fresco a las exhaustas arcas públicas.