Es sorprendente que la mayoría de los ciudadanos estemos indignados por los casos de corrupción en España, y por otro lado vemos que algunos vecinos en localidades con supuestos corruptos los aplauden, dando a entender con sus efusivos apoyos que ellos estarían dispuestos a robar si tuviesen la oportunidad de hacerlo.

Ciudadanos que no se posesionan en silencio ante la duda de culpabilidad o inocencia, sino que se posesionan decididos a arroparlos con sus aplausos y en contradicción critican a los jueces y fiscales anticorrupción por investigar a los que se enriquecen a costa de ellos. Recordemos el ejemplo del desaparecido Jesús Gil que cuando llegó a Marbella sus habitantes lo recibieron como al dios que les iba a resolver todos sus problemas, y años más la justicia descubrió que la gestión del citado dios, convirtió a Marbella en el mayor caso de corrupción de toda la historia de nuestro país.

Los ciudadanos debemos exigir tolerancia cero con los corruptos, sea cual sea el supuesto chorizo, al mismo tiempo no apoyar a los jueces y fiscales para que limpien toda la basura corrompida que pueda haber debajo de las alfombras de este país llamado España.

Los políticos que anteponen sus ideologías a la limpieza de corrupción que tengan en sus propias organizaciones y al mismo tiempo utilizan el ventilador con supuestas insinuaciones contra jueces, fiscales, policías y medios de comunicación, pierden toda credibilidad ante los ciudadanos.

En política no vale todo y el espectáculo que han montado los populares en Madrid y Valencia es improcedente en un partido serio y democrático. Esperemos que la justicia siga por ese camino de la limpieza de corruptos hasta que no quede ningún chorizo ni defraudador sea del color que sea.

Joaquín García Mayo **

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