Antes las niñas se lavaban el pelo con champú Sunsilk para cabello graso porque todas eran morenas, salvo alguna rubilla , pero esa era pija. El jabón pal cuerpo se utilizaba para eso. Las cremas de la cara vendrían mucho después, porque la Nivea era para la piscina. Hoy entre el fluido exfoliante, la crema de día, la de noche, la antiedad y los champús que te dan gusto debajo de la ducha, el jabón Lagarto estará al borde de la extinción, si es que no ha desaparecido ya.

Y qué me dicen de la muda, antes no sudaría un tanto, porque lo que es ahora no te dura un día entero. "Qué mala suerte tiene Fabián que se ha casado con una muda" -dijo uno- "pues ya tiene más que yo, que fui con lo puesto" -contestó otro.

Antiguamente la gente no sonreía, se reía. Claro, con aquellas dentaduras sólo abrías la boca cuando te hacían reír, sobre todo a aquellos a los que les salían los dientes torcidos o los colmillos dobles. Hoy la gente padece dolores faciales de tanto enseñar la dentadura blanqueada, la postiza, la factura del dentista, en resumen, "que hasta que no la amortice yo no cierro la boca."

Una mujer flaca tenía poco éxito, si estaba escuchimizada no era apta para el baile lento, porque tenías la sensación de estar bailando solo. La mujer tenía por costumbre engordar cuando se casaba, no como ahora que porque ellas están a dieta lo estamos todos, como si en las tiendas no vendieran tallas más grandes. La mujer delgada era demasiado masculina, sobre todo por detrás, que todo el mundo llevaba el pelo largo y la misma vestimenta, y a veces no distinguías el macho de la hembra. Al hombre le gustaba presumir de señora entradita en carnes, era como tener más.

Como te pusieran gafas te llamaban "cuatro ojos, capitán de los piojos", vamos, que lo de echarte novia con gafas era bastante difícil, a no ser que ella también las tuviera. Y además tenían que durarte hasta la mili, que más de uno se libró por ellas, y quitártelas para jugar en la calle, que habían costado muy caras. Hoy quien no tiene gafas es porque no puede, porque las hay de sol, de luna (que algunos las usan hasta de noche y en los garitos nocturnos), de playa, de piscina, de lucirlas, de ver de cerca, de ver de lejos, de que te vean las gafas, en definitiva.

XIBAS DEx romería una vez al año. Mantel, tortilla de patatas y pimientos fritos, y queso de oveja curao en casa en el mejor de los casos. Hoy hay algunos que recorren todas las romerías de gorra, en coche en amoto , ¡ah, no! que ahora se llaman cuasss .

En verano nada más que se comían de postre sandías o melones. Ahora los pones encima de la mesa y te dicen "¿es que no hay kigüis o desnatados ?" ¡Cómo si la sandía tuviera nata!

"¡No tires el papel, que puede servir para apuntar algo o echar cuentas!" Nos decían entonces. Y era verdad, se utilizaba hasta que no quedaba un sitio libre para escribir o para probar si escribía aún aquel bolígrafo que llevaba tiempo en el cajón. Hoy coges un folio y a la primera letra que no te gusta, lo arrugas y lo tiras. Las papeleras están llenas de hojas en blanco.

Cuando eras chico tu primer contacto con el mundo del motor era un cacho de tabla con unos rodamientos y un manillar, hasta que heredabas la bici Orbea de tu hermano mayor, y mientras te deleitabas mirándola y tocándola tenías que esperar a crecer un poco para poder usarla. Hoy las bicicletas vienen hasta con GPS por si te pierdes ¡pero si tu querías la bici para perderte! Tienen linterna con batería de litio, cuando antes era una dinamo que pegabas a la rueda y a pedalear si querías luz; alguna he visto con soporte para el móvil. Antes bastaba un silbío si querías llamar al resto del pelotón. El sillín es ergonómico, antes era rompegüevos ; ahora la bici es de aluminio o fibra de carbono, antes eran de hierro que te duraba más y si te la querían quitar era más difícil llevársela.

Si tenías un perro ¡pronto lo ibas a entrar tú en casa! Le hacías un refugio en la calle con tablas y cartones y lo ibas a ver y a llevarle las sobras de comida todos los días. El resto de las cosas ya las hacía él: espurgarse, lavarse, defenderse, echarse novia. Ahora cómo viven los perros: los llevan al veterinario, a la peluquería, comen galletitas que les limpian el sarro de los dientes, su dieta es equilibrada y hasta tienen estrés, y debe ser porque ya no ladran y no se desahogan.

Las discotecas abrían sólo los sábados y los domingos y cerraban temprano, de modo que a las cinco de la tarde ya empezabas a prepararte (ya saben, champú Sunsilk y jabón pal cuerpo). El domingo estabas preparado desde por la mañana por lo de la misa. Hoy empiezan a ducharse a las doce de la noche, a la una a pintarse y a la una y media qué me pongo. Así que por la mañana adormilado de no haber pegado ojo le preguntas a la parienta "¿ha venido ya la niña?" Y te dice: "¡Pero si se acaba de ir!"

Los tiempos son como son y cambian que es una barbaridad. No sorprende lo pasado sino lo que está por llegar.