TDte pequeño me llamaba la atención esas tijeras de punta redonda que los escolares utilizábamos para no hacernos daño. Mi madre, sin embargo, utilizaba para coser unas grandes tijeras de punta fina, que no me dejaba coger por seguridad.

Este curso parece que la Administración educativa ha cambiado las tijeras de punta redonda, las que no hacen daño, por las finas, es más, por las de cortar el pollo, y menudo pollo han armado.

Partamos de la base de que en Educación y en Sanidad los recortes no debieran de existir, de hecho los esfuerzos presupuestarios que la mayoría de los países desarrollados vienen destinando son para con la Educación. En Extremadura no crean que se destina menos a Educación que el resto de comunidades en relación a nuestro PIB, pero en esta época de crisis global (y particular) saber administrarse en un valor en alza, y uno haciendo cuentas elimina lo superfluo para llegar a fin de mes. Me pregunto qué es para nuestra administración lo superfluo y qué lo importante. Desde luego es más importante un maestro que un ordenador, los alumnos más que una pizarra digital y la calidad educativa más que los observatorios.

Lo realmente preocupante es el sinsentido de nuestra política educativa. Extremadura tiene varios valores positivos y en alza en Educación: los programas de refuerzo como PROA, no los extras pagados con extras; el plan de fomento a la lectura; las bibliotecas escolares, gracias al esfuerzo de muchos y buenos profesionales; los materiales digitales de apoyo al currículum, que no los ordenadores y hasta ahora su apuesta por conseguir una educación pública que eliminase barreras de todo tipo, inclusiva, de equidad y calidad y para eso es indispensable la presencia de personal que dedique su esfuerzo a la compensación de aquellos descolgados por múltiples motivos, esto es la educación compensatoria. Cuando se elimina o se aprovecha ese recurso existente en un centro para paliar en contrataciones el actual déficit económico, olvidamos que vestimos a un santo para desvestir a otro, pues la Administración ahorrará en un docente, al fin y al cabo solo euros, pero quizás pierda alumnos, alumnos que en compensatoria no acabarán abandonando el sistema educativo y que de forma contraria deberá saber adaptarse o morir sin ese recurso que hasta ahora tenía y que alguien le ha quitado. No sólo está ocurriendo con compensatoria, algunos apoyos de infantil, cábalas y sudokus.

Puestos a cortar, corte usted, pero con sentido común, hágalo con las tijeritas que me compraba mi mamá, las inofensivas, aunque quizás es que ni para eso haya presupuesto.