El Ministerio de Fomento ha recortado en un 40% las inversiones previstas para el próximo año en la construcción de la línea de alta velocidad Madrid-Badajoz, decisión que demuestra a la claras que la voluntad política del Gobierno no se plasma luego en los presupuestos. Más aún, la confirmación extraoficial de que el AVE que unirá las capitales española y portuguesa recorrerá territorio extremeño merecía un gesto no sólo para la galería, sino una importante inyección económica para que los extremeños se creyeran que las intenciones sobre la alta velocidad van en serio y no se circunscriben a un simple anuncio político de precampaña electoral. En este sentido, cada vez son más las voces críticas con el proyecto ferroviario de Fomento y de Renfe para con Extremadura, ya que primero se anuncian planes de mejora y se dotan presupuestariamente las obras, pero al final el dinero se esfuma de las cuentas estatales sin dar ningún tipo de explicación.

Aún hay tiempo para evitar el tijeretazo al AVE regional y para ello es conveniente hacer un frente común con el fin de que en el trámite parlamentario se remodele el presupuesto. La presión social deben trasladarla ahora los diputados extremeños al Gobierno y exigir, por un lado, incrementar las inversiones y, por otro, que se gaste lo presupuestado por el ministerio.