WEw l presidente del Banco Central Europeo, Jean- Claude Trichet, empieza a devolver la pelota a los mercados monetarios que han especulado hasta la saciedad sobre si iba a haber subida de tipos de interés en Europa a principios de septiembre. Trichet ha enviado un calculado mensaje de ambigüedad, casi galaica: los tipos podrán subir, o no, desde septiembre hasta final de año. Es una rectificación plausible sobre lo que dejó entrever, a principios de agosto, de que el tipo director del BCE podría pasar en breve del 4% al 4,25%. Pero tampoco es una confirmación de que ese 4% se vaya a mantener por mucho tiempo. En España esta decisión es trascendental. Si suben los tipos, muchos de los tenedores de hipotecas lo van a sufrir en sus cuotas mensuales. Pero aunque no lo hagan, lo peor de lo sucedido las últimas semanas en el mercado monetario ya deja otra huella: a quien pida hoy una hipoteca, le van a poner peores condiciones y pagará más intereses, no porque lo diga el BCE, sino porque lo imponen bancos y cajas. Los mismos que han especulado con el dinero barato que les ha proporcionado el BCE, para evitar el colapso del sistema, tras beneficiarse de su especulación, acaban cargando sobre los usuarios sus operaciones fallidas. Si al BCE le importara, al menos no subiría los tipos.