Un profesor de mates , antiguo militante de la CNT espera, leyendo el periódico, en la sala de profesores, a una compañera de Lengua y Literatura, votante habitual del PP, y con la que comparte coche y guardia , para juntos dirigirse, aprovechando un recreo, al bar del centro, no sin antes invitar al de Tecnología, simpatizante del PSOE, y a otro de mates, de tendencia liberal, con los que suelen cruzarse los lunes a tercera hora en el pasillo, a unirse al grupo.

Cuando llegan al bar, concesión que explota un militante de IU que se encarga de sellar la primitiva para la peña , se suman al grupo una conserje, de talante progresista, y el profe de Religión, cura casado, que padre de dos hijos, practica el sindicalismo más determinado en el propio seno del episcopado. El grupo lo completan un biólogo ecologista que cohabita con un funcionario de Hacienda, y otra compañera de departamento, divorciada hace tres años, ambos inseparables, a pesar de sus opuestas inclinaciones políticas, más la psicóloga u orientadora, que junto con el de Filosofía, enamorado del flamenco, por cierto, se oponen a la fiesta de los toros , idea que comparten con la educadora social, una vegetariana del PP, que se declara agnóstica, al igual que la profesora de Plástica, que es la moderna del centro, amiga y confidente de la de Historia, una feminista militante de mediana edad. Para cuando llegan los de Educación Física, luciendo impecable moreno, ya hemos analizado el partido del domingo, detallado iniciativas para la semana cultural , y hecho tambalear la bandeja de bollos, dulces y pastelería industrial.

Dentro de lo heterogéneo del grupo, el ambiente es distendido, y los objetivos comunes consumen gran parte de la energía, dejando siempre el resto para bromas y zalamerías: La discusión más acalorada siempre radica en torno a la confección de horarios, y a la aprobación de optativas: Y divorciados, homosexuales, extranjeros, y nacionalistas, se integran perfectamente sin desaires ni críticas por parte del resto de los compañeros, que a pesar de nuestras diferencias tenemos plenamente asumido el divorcio, el aborto, la investigación con células madres, el matrimonio entre gays y entre lesbianas, o la laicidad del Estado, y cuya preocupación común por la hipoteca, la subida salarial, o el mantenimiento del sistema de pensiones, nos une más allá que las discrepancias sobre la LOE o sobre la negociación con ETA. Es la pura imagen de la convivencia, la misma que se repite en cualquier centro de trabajo, y la que muestra que las prioridades mayoritarias de la gente normal , son lo suficientemente coincidentes, como para apoyar un proyecto común: un Estado basado en el bienestar y la democracia.

XNADA MASx lejos de estos objetivos perseguidos por la mayoría de los votantes de los grandes partidos de nuestro país, incluidos PP y PSOE, que las violentas incitaciones de Pío Moa y Cesar Vidal , en su frenética lucha por recuperar posiciones políticas que hemos abandonado a medida que hemos conquistado mayores cotas de democracia.

Respirando el aire permisivo y respetuoso de la libertad se me ponen los pelos de punta sólo de pensar que la pertinaz insistencia, y el escandaloso bombardeo de estos ideólogos fundamentalistas --cuyo único fin es el retroceso, sin reparar en medios-- , llegue a generar la dinámica de violencia que se proponen, y que promocionan, sin reparos, en sus escritos, con la ayuda de medios abiertamente beligerantes, como Libertad digital y la COPE, donde se atreven a incitar, --circunstancia que la fiscalía y los jueces tendrán que plantearse, por si fuera constituyente de delito-- a la violencia, que no queremos nadie, para retroceder a un sistema que tampoco nadie quiere. Porque ¿quién querría, pongamos por ejemplo, que en España no hubiera divorcio? ¿O a quién le importa que el vecino del quinto herede los derechos pasivos del compañero que le corta las uñas de los pies, desde hace treinta años, gracias a su recién celebrado matrimonio?

En los homenajes por la jubilación de algún compañero no falta casi nadie. Al protagonista, más próximo que nunca, no le queda más remedio que dirigirnos unas palabras. Hay recital de poemas, y todos firmamos sobre uno de los regalos, que previamente hemos comprado. No faltan los chistes verdes , y alguna discusión sobre la conveniencia de organizar actividades extraescolares en el tercer trimestre. Si una compañera tiene viñas nos invita a una copita de su propio vino; si otra es, pongamos, del Casar, lleva una torta de queso, y casi nunca falta el compañero, gallego de procedencia que, extremeño adoptivo, nos prepara una queimada, o nos ofrece orujo, a los postres . Nos tenemos por demócratas. Unos somos de izquierda, de derechas otros y los que no, de centro, pero a mí me parece que todos deseamos el progreso.

*Profesora de Secundaria