Allá por el siglo XVII, don Francisco de Quevedo , en una de sus sátiras letrillas incluyó unos versos que han pasado a la posteridad como la mejor definición de la importancia del vil metal en nuestra sociedad: Poderoso caballero es don Dinero .

Da igual que hablemos de la España de entonces a la actual era de Internet. El dinero manda tanto en el mundo actual que hasta los abanderados de la ética y la moralidad se tornan hipócritas e interesados cuando olfatean algunos euros. Así, en los medios de comunicación más poderosos, en los canales de televisión nacionales y autonómicos, calman al parecer sus conciencias en materia de seguridad vial con el consabido, sean prudentes en las carreteras que adornan sus informaciones sobre la accidentabilidad de los fines de semana, operación de salida y retorno o sobre las estadísticas de accidentes.

La colaboración de las televisiones publicas y privadas, de los grandes comunicadores, de personajes famosos conocidos (cantantes, toreros, futbolistas...), sería determinante a la hora de rebajar la siniestralidad, un consejo en hora de máxima audiencia en boca de estos personajes llegaría a miles de espectadores, oyentes o lectores. Sin embargo hasta en un asunto tan importante como éste los directivos se rigen por criterios comerciales, y si alguien propone un espacio divulgativo sobre seguridad vial, la respuesta tendrá forma de pregunta: ¿Quién lo patrocina?, ¿cuánto cuesta y cuánto obtendremos a cambio? Las empresas de información no deben ser ONG, desde luego, pero tanta competencia, tanta tele basura, tanta lucha de audiencias han acabado por destruir, quizás para siempre, uno de los objetivos principales de la caja tonta y otros medios de comunicación: el servicio público.

Porque luchar contra la lacra de los accidentes de tráfico, no es solo cosa de la Dirección General de Tráfico, que dicho sea de paso cubre una buena parte de los presupuestos de los medios en cuestión con sus continuas campañas, sin recibir contraprestación alguna, sino también de las administraciones autonómicas y de las locales que, aunque tienen competencias las incumplen constantemente, es más incluso los fabricantes y concesionarios de automóviles, no estaría de más que incluyeran en sus espots, cuñas de radio o anuncios de prensa, mensajes encaminados a un uso adecuado y prudente de los productos que vendan, de sus coches. En la seguridad vial debemos mojarnos todos, aunque no de dinero.

*Director de ´Motor a COPE´

Extremadura