LA CAJA B

Bárcenas ayuda a Rajoy

Luís Serrano Rubio

Madrid

"Hay que mirarlo por el lado positivo. Te tienes que ir por corrupta, no por incapaz". Así consolaba Rajoy a Ana Mato, poco después del escándalo del Ebola. He recordado esta conversación, revelada por un conocido humorista, cuando la Fiscalía Anticorrupción y la policía han afirmado en sede judicial que ha existido una caja b en el PP durante décadas, contra las solemnes negativas del presidente. En esta apurada situación, Bárcenas se ha apresurado a prestar su generoso apoyo a su expatrono: no es que Rajoy estuviera todo este tiempo distraído, leyendo su diario deportivo favorito, y no se enterara ni por los periódicos de lo que pasaba en su sede, sino que estaba muy al tanto y colaboraba en esa importante actividad.

MANIFESTACION

Los dirigentes no estaban con el pueblo

Javier Cobo Antón

Madrid

Le Monde ha publicado la foto del engaño: los 50 dirigentes mundiales no estaban con el pueblo que pedía libertad en París. El diario muestra la reveladora foto que se hicieron, con cien personas al fondo, en una calle vecina a la manifestación. Podían haber alegado razones de seguridad, o su miedo, si se pueden distinguir ahí ambas cosas. Pero prefirieron, como casi siempre, intentar engañarnos, burlarse de nosotros, como de costumbre. Y como reprimen con dureza la libertad que proclamaban en París los dirigentes de Jordania, Turquía, Israel, Egipto o Mali. Y no seamos también nosotros hipócritas, citando sólo ejemplos lejanos.

PANCARTAS

Diferencias entrepopulares y socialistas

Martín Sagrera

Madrid

Aunque a veces se parecen demasiado en esta época, y algunos casamenteros intenten hacer negocio uniéndolos, opino que no son lo mismo, ni por los principios por los que se les puede reclamar cuando no cumplen, ni tampoco, a veces, por su práctica. Valga un modesto ejemplo ilustrativo. Hace pocos meses, en el congreso del PSOE en el Ifema, pude estar en su puerta con un cartel en el que me preguntaba si podrían enderezarlo los mismos que lo hundieron; encontré bastante simpatía entre sus miembros, y apenas alguna vergonzante mala cara. Ahora, cuando fui al congreso del PP con otro cartel en el que, dada la confirmación de la caja b del partido, me preguntaba si su jefe era incapaz o corrupto, la policía me obligó a alejarme dos manzanas y una más en una calle lateral, y casi la mitad de los miembros de PP que pasaron me insultaron; sólo dos mostraron una cierta simpatía con mi protesta por ese robo consumado.