SOBERANISMO

Nacionalismo catalán

Fran Ausín

Palencia

Hace ya años que muchos especialistas nos advirtieron de que el nacionalismo, el independentismo en fin, se basa en el agravio continuado. Del agravio se nutre, poco importa si existe o no, pues el nacionalismo es un ente que puede alimentarse y crecer incluso de su fantasía. Por eso no sorprende la publicación, por fin, de la lista de agravios del gobierno.

No hacen sino cumplir con lo que se espera de ellos, siguen el camino ya trazado desde hace muchas décadas por cualquier nacionalismo. La diferencia entre el gobierno nacionalista y sus fans y el resto de ciudadanos es que nosotros no anotamos en una lista los agravios que ellos nos hacen; no somos rencorosos. Pero explico aquí un ejemplo: la página del gobierno solo se puede leer en catalán y el inglés (antes, también en castellano). Tras enviar una consulta a atención al ciudadano, me respondieron que, de momento, no tenían recursos para mantener la versión en castellano.

SOCIEDAD

Adapción tecnoLógica

Román Lantarón

Barcelona

Las nuevas tecnologías que invaden nuestro espacio caen en el grave error de abandonar a una parte de la población a la que debería tenerse en cuenta: las personas que tienen una discapacidad fisica o mental, personas a quienes adaptarse a estas tecnologías les cuesta más. Y cuando por fin lo consiguen, la tecnología aprendida pronto se convierte en obsoleta, y tiene que volver a enfrentarse a algo que desconocen. Este colectivo pide que las tecnologías se adapten a las personas y no al revés, que la tecnología realmente facilite la vida.

SOCIEDAD

No soy un lastre

Miquel Pucurull

Barcelona

mengo 76 años y la sociedad me considera un anciano. No lo soy. No quiero serlo. No quiero ser un lastre para mi familia, ni una lata para mis amigos, ni una carga para la Seguridad Social. Trato de no oxidarme mentalmente (escribo, leo, estoy al tanto de lo que pasa en el mundo) y de no oxidarme físicamente (corro alrededor de una hora y cuarto cinco veces a la semana). El mundo me considera un viejo. No quisiera parecer pretencioso, pero no lo soy. Hace unos días corrí en la pista de atletismo de la Marbella el Mil Metros Solidarios por la ELA en 5,09. La gente me considera un anciano. Pero no lo soy. No quiero serlo. En marzo hice mi 45º maratón (5 horas y 39 minutos) para recaudar fondos para la investigación sobre la diabetes infantil y ya me he inscrito para la del año que viene por la misma causa. Tengo suerte. Mantengo ilusiones y proyectos. Quisiera, modestamente, que este escrito sirviera para reivindicar que a una edad avanzada se pueden hacer cosas. Solo hay que proponérselo.