TEtl respeto a la práctica religiosa es un derecho inalienable que las autoridades de un Estado aconfesional deben velar siempre que no contravengan los derechos humanos fundamentales. Pero ese respeto no debe ser refugio para hacer comulgar a todos con ruedas de molino y llevar esa práctica hasta las aulas de las escuelas públicas. No se trata de que los niños ignoren la existencia de las diferentes opciones religiosas, entre las que también caben el agnosticismo y el ateísmo, sino que esos conocimientos de las diferentes culturas y religiones se impartan por profesorado del área de Sociales o de Filosofía de forma científica y racional, dejando el adoctrinamiento para las iglesias, las sinagogas y las mezquitas.

La Iglesia Católica sigue teniendo un trato de favor cuando el Estado permite que en los centros públicos, y con el dinero de todos, haya profesores nombrados a dedo por las diócesis. Desde los cuatro años, los niños que no quieren recibir adoctrinamiento son sacados del aula y desde el integrismo católico --que no incluye a todos los católicos-- quieren dictar lo que deben hacer los demás mientras ellos adoctrinan a sus huestes. ¿Qué concepto de tolerancia es ése?

*Profesor y activista de los Derechos Humanos