WAwl menos 1.500 productores de tomate se manifestaron ayer en Mérida pidiendo ayudas públicas para compensar la disminución de las comunitarias y también instando a la Junta y al Gobierno a que presionen en Bruselas para que se apruebe una reforma que aumente el cupo de tomate subvencionable asignado a España. El tomate, que es el sector agrario que más se ha desarrollado en los últimos tiempos y del que depende buena parte de la economía de las Vegas del Guadiana, se encuentra en un callejón sin salida: Extremadura produce demasiado (más de dos millones de toneladas; el 82% del total nacional), mientras que el cupo sujeto a subvención por la producción no varía. Por tanto, la cantidad que se reparte por cada kilo producido es menor.

De igual modo, la situación no es fácil: la Administración no puede acceder a dar ayudas, que es lo que le piden los agricultores y, directamente, sólo le cabe la negociación con Bruselas para que los cupos futuros que se distribuyen por países productores sean más acordes con la realidad. Pero indirectamente también puede y debe negociar ante la industria, que también tiene parte de culpa de esta situación y hacerle ver, como señalaba ayer Lorenzo Ramos , que sin agricultores que cultiven no hay tomate que enlatar.