TLta vaquilla levanta al mozo por encima de las palmeras. Sorben el aguardiente las autoridades, rebufa un morlaco, y el tañido de las campanas de La Concepción anuncian el mediodía de San José. Vaquillas con saña, agua con saña frente al Corte Inglés levantando adoquines y cayendo en torrentera sobre la madrugada. "¡Morillo, es el torrerismo !" me apunta el Nervio.

En el Vivero Josemi borda un gol y el locutor lo canta: "¡El hispano-luso. El hispano-español. El francés, eso, el francés!" "¡Es el torrerismo y se acaba el mundo!

Las instituciones culturales pierden su independencia y Castelo se vende al oro de Moscú. Las vaquillas resoplan sobre los mozos caídos junto al solar que ocupó la Cruz de los Caídos. Pedro Alfaro levanta un dulce. "¿De dónde son estos dulces? ¿De las clarisas?" "No, que son de un pueblo que los pone baratitos".

El calor llega y todo se multiplica, se multiplican las moscas, se multiplican los goles en el Vivero, el agua de la avenida de Villanueva se multiplica y levanta portugueses incautos por los aires. "¡Se acaba el mundo! ¡Es el torrerismo !" En la sacristía preparan vino dulce con pastas para celebrar el triunfo y allí lo dejan porque acaba de empezar el día de la bestia. "¡Es el Apocalipsis de los zapateros!" Rompen el alba al alba los sacristanes y rompen adoquines las aguas levantiscas ante el Corte Inglés. Generelo riega el césped para que corra el balón y se guisen los goles. En la cabina brama el locutor: "¡El hispano-luso, el hispano-español! ¡El francés!"

Pedro Alfaro sueña calles con ramos de albahaca, escarolas y merluzas frescas. Sueña paseos y risas allí donde no se abren socavones ni amanece el torrerismo .

*Dramaturgo