Los trabajadores de los centros de atención a mayores públicos son, por desgracia cada vez con mayor frecuencia, la diana a la que apuntar desde algunos colectivos de familiares de usuarios de estas instalaciones. Es comprensible que las circunstancias que en muchos casos afectan a las personas mayores dependientes, les conviertan en personas con la sensibilidad a flor de piel y con necesidad de volcar su desesperación y frustración en los que día a día tratan con sus seres queridos. Es el caso más reciente que ha saltado a la actualidad estos días, del colectivo de empleados de nuestra residencia de mayores dependientes de Cáceres. Un colectivo pequeño que no refleja a todos los familiares de usuarios de este centro, ha realizado una descripción apocalíptica y tremendista de la situación de la residencia y del trato que sus allegados reciben por parte de los trabajadores.

Está claro que desde la administración no se pueden obviar las denuncias que se produzcan respecto a la actividad de cualquier centro de atención, pero éstas siempre deben ser tratadas desde el rigor y la objetividad. Como consejera de Bienestar Social y representante de las personas atacadas en las diferentes informaciones aparecidas, debo prestar en primer lugar, mi apoyo total y decidido a todos los trabajadores de este centro.

XPERSONALMENTEx he podido comprobar su entrega, su dedicación y sus desvelos hacia las personas que tienen bajo su tutela, y también, hacia sus familiares. A éstos, les ofrecen todas las explicaciones necesarias sobre la situación de su ser querido, les apoyan psicológicamente, y llegan a crear lazos afectivos profundos con ellos.

Si en general las actuaciones, no del todo ajustadas a las normas, de un profesional, no manchan el nombre y el trabajo de todo un colectivo laboral, no alcanzo a comprender, por qué en el caso de los trabajadores de residencias y centros de atención a personas mayores, se produce el efecto contrario.

La asociación de familiares de residentes en la Asistida, debe conocer que camareros/as, auxiliares, enfermos/as, ATS, cocineros/as, médicos/as, trabajadores/as sociales, y demás personal del centro, trabajan mucho, con seriedad, y no son, nunca y no puedo aceptar ni tolerar ese trato, unos monstruos deseosos de que las personas mayores a su cargo sufran y padezcan condiciones inhumanas. Son personas que, como cualquier otra, agradecen una muestra de reconocimiento de su trabajo. Con la postura tomada por este colectivo, lo único que se logra es el desánimo de los trabajadores y la falta de confianza de la sociedad en sus acciones.

Los familiares de las personas mayores en situaciones graves de salud, deben comprender, en cualquier caso, que su atención está siendo realizada por personal cualificado, que se limita a aplicar normativas y protocolos establecidos por expertos. Si nadie le dice al profesional médico cómo debe curar y qué medicina debe recetar, es necesario que de una vez por todas, comprendamos que los familiares somos los menos indicados para establecer los parámetros que deben regir el tratamiento de nuestros mayores. No tengan dudas de que todos buscamos una atención que respete su dignidad. Comprendan de una vez por todas, que se trata de lograr una digna calidad de vida para los mayores.

*Consejera de Bienestar Social