TCtonozco a una joven peluquera que se compró un piso en un barrio de trabajadores pegado al centro de Madrid por 16 millones de pesetas. Un cuarto sin ascensor con bastantes años. Lo arregló, se casó, tuvo una hija y, cuando se dio cuenta, la niña iba a cumplir 3 años, quería tener un segundo hijo y el pisito se les quedaba pequeño. O no. Pero a su alrededor los vecinos habían vendido pisos idénticos al suyo por 360.000 euros --60 millones de pesetas-- y su marido y ella pensaron ¿por qué no? Así que pusieron su piso en venta. Buscaron otro con ascensor, piscina, columpios, trastero y garaje en uno de esos municipios resucitados en los cinturones de la capital. Animados por un mercado que se movía a ritmo vertiginoso, matricularon ya a la niña en un colegio de su futuro barrio. Y esperaron a vender el primero. Han pasado más de dos años y no lo venden ni rebajándolo muchísimo. Y ahí siguen, atrapados entre el boom y el estallido de la burbuja. Convencidos, como tantos otros, de que todo lo que no sea cuadruplicar el precio de su primera vivienda será perder dinero. En su último debate frente a McCain , Obama recordaba que tras el 11-S Bush mandó a los estadounidenses a consumir. A mover el motor de la economía sin freno para reforzar a la nación en su lucha contra el mal. Michael Moore lo cuenta con mucha gracia en su último libro, Mike for president! Viene a decir que muchos de sus compatriotas sentían que ayudaban a combatir el terrorismo internacional cada vez que pisaban un centro comercial dispuestos a arrasar las estanterías. No le voy a echar la culpa a Bush de nuestro desenfreno inmobiliario, porque todos estamos atrapados en la misma rueda. Para que el motor de la economía no pare, necesitamos que se eleve el consumo en unas sociedades donde los sectores productivos de la era posindustrial apenas crean empleo ya. Pero esta montaña rusa del consumo nos ha hecho creer que nuestra riqueza real se corresponde con la cifra que acompaña al cartel de Se vende . Mi amiga la peluquera empieza a comprender que no es así, y los demás lo iremos comprendiendo poco a poco.