Desde estas páginas quiero tranquilizar a la Iglesia sobre la polémica del Código da Vinci...

Yo he leído el libro, no me gustó, pero luego he ido a ver la película y me aburrió. Tanta propaganda, ¿para qué?, para ver una novela de ciencia ficción que hoy día nadie se la cree, eso amigos no es literatura, es una aventura mala y con situaciones que provocan risa.

Yo lo he visto, cuando acaba la película y los protagonistas después de tanto descifrar códigos y más códigos que te aburren, te salen con la majadería que la chica desciende de la Magdalena y de Jesucristo... es para morirse de risa, y de verdad que se oyeron risas en la sala.

Que se laven al boca para hablar de Jesús, porque no hay ni habrá un personaje con más carisma y que tenga en el mundo tantos seguidores como tuvo y tiene Jesucristo.

Fue un hombre bueno que amó a todo el mundo, pobres, marginados, a todos, y que lo mataron por envidia y cobardía de unos políticos que no supieron estar a su altura.

Y ahora me viene usted señor Brown con toda su sabiduría a contar esa milonga... pues lo siento por usted, pero esta fábula nadie se la cree. Mejor que nos cuente una de miedo...

Pero me gustó ir a verla y escuché los comentarios a la salida, y me vine tan contenta porque para mí esto es un cómic de mal gusto y encima aburrida y larga, ese fue el comentario, amigos, larga y aburrida y yo digo más, es absurda... Así pues señor Dan Brown, le ha salido el tiro por la culata... como le dije antes... Ahora nos cuente una de miedo...

Mary Durán Calle **

Cáceres