Pedro Solbes (Alicante, 1942) tiene la ventaja de que su propio apellido le sirve de eslogan. Porque si Solbes se escribiera con "v" su apellido serviría de arranque de la que es su principal cualidad ante propios y extraños (la solvencia), aunque otros le atribuyen un carácter gris, propio de un funcionario sin imaginación que se ha limitado a "no estropear" algunos logros del PP.

Solbes está casado y tiene tres hijos. Es doctor en Ciencias Políticas, licenciado en Derecho y diplomado en Economía Europea. Acaba de cumplir 40 años como funcionario, que arrancaron en 1968, como técnico comercial del Estado. En 1985 fue secretario de Estado para las Relaciones con la CEE. En los dos últimos gobiernos de Felipe González ejerció como ministro de Agricultura y de Economía y Hacienda (de 1993 a 1996), años en los que le tocó encauzar aquella durísima crisis, que se saldó con 1,1 millones de parados más. De ahí le viene el apelativo de "experto en crisis". Con el PP en el Gobierno, Solbes fue nombrado Comisario Europeo de Asuntos Económicos en 1999 y fue cuando cobró su fama internacional de hombre riguroso en las cuentas. Estaba bien en Bruselas. No le apetecía nada volver a Madrid. Pero el inexperto Gobierno socialista necesitaba una dosis de "solvencia" y no pudo decir que no. Ahora Zapatero necesitaba otra sobredosis de "solvencia" para encarar la crisis. Tampoco ha podido decir "no".