XTxremendistas y catastrofistas. Esas son las dos palabras que más viene dedicando el PSOE de de Extremadura al PP.

Llevamos casi un cuarto de siglo con el mismo partido en el Gobierno regional, un cuarto de siglo de estrepitosos fracasos y promesas incumplidas, un cuarto de siglo acaparando las tasas más altas de desempleo de la geografía nacional, un cuarto de siglo liderando en España el fracaso escolar, un cuarto de siglo de éxodo juvenil en la región.

Ante este panorama los señores progresistas-socialistas se niegan a aceptar los datos y estadísticas del INE, del INEM, del INJUVE, del Instituto Nacional de Empresa, de la fundación La Caixa, del Consejo Nacional de la Juventud y sobretodo los datos de la Unión Europea, los cuales nos siguen situando como Objetivo 1.

El PSOE se empeña en afirmar que en Extremadura rige y existe total y absoluta normalidad (que van a decir...). He llegado a la conclusión de que lo que para el PSOE resulta normal para el resto del común de los mortales supone una anormalidad y una aberración. El pueblo extremeño está saliendo más que nunca a la calle a demostrar que lo que aquí ocurre es ya insostenible e inaguantable, manifestaciones de tabaqueros en el norte de Cáceres, manifestaciones en contra de la refinería en la zona de Tierra de Barros, manifestaciones y cortes de carreteras por parte de los agricultores en todos los puntos de la región, manifestaciones de ganaderos por las continuas crisis del sector (la brucelosis, la lengua azul, la sequía...) y el escaso respaldo de la Administración, huelgas de hambre por parte del cuerpo de bomberos por trabajar bajo condiciones laborales infrahumanas, manifestaciones de ciudadanos en contra de la apertura de centrales térmicas en la zona de Alange, manifestaciones continuas del profesorado extremeño por encontrase desamparados ante la Administración Regional, manifestaciones de los padres para que se abran más centros educativos en la región y tengan que dejar de montar a sus hijos diariamente en autobuses para asistir a clases en otros pueblos, manifestaciones de padres como la que hubo en Gévora y en varios colegios más porque la Dirección Provincial de Educación y la consejera pretendían que comenzasen las clases sin pupitres, puertas ni ventanas acristaladas, manifestaciones para que se abran tramos de carreteras, manifestaciones de vecinos para que la Junta cumpla las promesas de desdoblamientos que hizo en su día antes de unas elecciones, manifestaciones de los alumnos del Conservatorio Superior de Música de Badajoz para exigir clases en un entorno digno y no el que actualmente le ofrece la Junta y la diputación, manifestaciones y protestas convocadas por las organizaciones sindicales para exigir mejoras laborales para Extremadura y para reducir las altas tasas de paro y temporalidad....

Es cierto que nuestra región no está igual que hace 25 años, ¡faltaría más! Hemos avanzado y lo hemos hecho dando pequeños pasitos mientras que el resto de comunidades autónomas españolas lo han hecho a pasos agigantados. Desgraciadamente, hoy la convergencia con el resto de regiones está cada vez más lejos. A veces me pregunto dónde han quedado principios y valores como el de la responsabilidad política..., cuando uno lleva casi un cuarto de siglo gestionando todos los recursos de la región y no ha sabido subir a Extremadura ni un solo peldaño en el escalafón nacional, no se puede hablar más que de conformismo, apatía, irresponsabilidad, ineficacia, inoperancia e incompetencia.

Entiendo que a más de uno, de los que siguen teniendo la venda en los ojos y de los que siguen adoptando la postura del avestruz, no les haga gracia ni les cause simpatía esta realidad, pero señores esto es lo que hay. De tremendismo y catastrofismo, nada de nada, realidad pura y dura.

*Presidente de NNGG del PPen Extremadura