TSti es verdad que detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer, detrás de un tirano hay inevitablemente una mujer del mismo estilo. La norma se cumple en el caso de la llamada Lucía Hiriart, esposa del sátrapa Pinochet, que ha sido procesada como cómplice en los manejos monetarios del exdictador. Los que la han seguido de cerca la califican de ambiciosa y trepadora, condiciones personales que pudieron estimular la voracidad dineraria del marido, para el que, como todos los dictadores, el poder ilimitado pudo ser la vía más rápida para alcanzar la riqueza. Igual que los Somoza, los Trujillo, los Batista y otros mandamases hispanos de la misma ralea, miembros de la banda multinacional de saqueadores de las arcas de su país.

Ella contribuyó a mantener ocultas en la banca norteamericana cuentas por valor de 128 millones de dólares. La han procesado ahora por fraude fiscal, igual que a su hijo Marco Antonio. Así cayeron famosos tipos del hampa mafiosa norteamericana, como Lucky Luciano.

"El crimen paga", dicen los optimistas. No siempre. Los delitos fiscales, sí. Ha ocurrido algo curioso con el déspota chileno. La derecha estuvo a su lado mientras se le acusó únicamente de crímenes. Pero se descubrió su enriquecimiento fraudulento y le ha dejado de lado. Que se las apañe.

Se ha comprobado ahora con la detención de la esposa y cómplice de las artimañas monetarias del general golpista. Sólo familiares y militares retirados se han movilizado en apoyo de la procesada. Los que hasta hace poco la trataron siempre de primera dama y la llamaron respetuosamente doña Lucía , ahora se desentienden de su suerte, con lo cual queda demostrado que hay más sensibilidad con los delitos del dinero que con los de sangre. Curioso.

*Periodista