Profesor de investigación del CSIC

España y Polonia, además de columna europea de EEUU, son el brazo político del Vaticano para lograr la mención del cristianismo en la Constitución europea. Ambos son paladines de la defensa de la fe cristiana y, por tanto, de la lucha contra religiones rivales. España se deshizo de los judíos (siglo XV) y de los musulmanes (siglo XVI). Y no por casualidad eligieron los nazis a la antisemita Polonia para asentar los campos de exterminio. Tres millones de judíos polacos fueron asesinados.

Que Europa es impensable sin el cristianismo, por supuesto, como impensable es sin la herencia judía y musulmana. Así que, puestos a mencionar, ¿por qué no a todos, cristianos, judíos y moros? El que no estén los últimos no es razón de orgullo para los cristianos.