Señor Bermejo, en primer lugar lamento profundamente haber contribuido, desde mi posición de consejero responsable en la materia, a su frustración o la de cualquier otro aspirante. Cualquier proceso selectivo genera frustraciones, porque el número de aspirantes suele ser muy superior al de plazas ofertadas. Más aún bajo la actual situación económica, que hace que más ciudadanos deseen obtener un puesto de trabajo en la Administración Pública. Y es curioso que se esté dando este comportamiento precisamente ahora, cuando desde diversas instancias políticas se cuestiona más que nunca el papel de lo público. Quiero dejar claro que, bajo ningún concepto, esta consejería ha dado instrucción alguna a los tribunales para que no se cubran las plazas ofertadas. Más bien lo contrario, se anima a que todas sean cubiertas, pero exigiendo un mínimo de conocimientos y cualificación. Entiendo que, en un proceso selectivo, la dificultad de las pruebas es una cuestión con un elevado grado de subjetividad, que queda a merced del propio tribunal, soberano en la materia. No obstante en esta ocasión se han dado instrucciones concretas a todos los tribunales para que gradúen esta dificultad.

Bajo ningún concepto los Tribunales del proceso actualmente en marcha han actuado con falta de transparencia o rigor, más bien todo lo contrario. Es por ello que gozan de la total confianza de esta consejería. Aún así, si considera que el proceso del que usted ha formado parte presenta alguna irregularidad, le animo a que presente las reclamaciones pertinentes por las vías legalmente establecidas.

No obstante, le afirmo con rotundidad que ninguna de las preguntas del examen al que usted se refiere estaban fuera del temario publicado. Por otro lado, sólo el 10% de aspirantes presentados (28 de 280) han formalizado impugnaciones tras el examen. Y respecto a las preguntas invalidadas a criterio del propio Tribunal, han sido un total de 6, cifra que está dentro del cupo de preguntas de reserva previstas para estas situaciones. Esta consejería ha trabajado duramente para dar celeridad a estos procesos --celeridad que, por otro lado, era una demanda constante--. Confío en que este logro no constituya ahora un handicap para aspirantes como usted, o para los preparadores.

Por lo demás, le animo a que siga estudiando, porque oposiciones seguirá habiendo, con o sin crisis económica.

Angel Franco Rubio **

Consejero de Admón. Pública y Hacienda