Escritor

Aznar deplora las tribus, menos la del PP, que es más fina, donde tienen un hechicero llamado Carlos Dávila, que mientras le tiembla la papada te pone los electrodos en semejante parte de la tribu. Para esa gran tarea todos los llamados son pocos, y por si hubiera dudas, se suma el hombre más "imparcial" del Reino, que es el presidente del Tribunal Constitucional, que dice que cada tribu es igual de importante y que no hay primeros ni segundos. No es por nada, pero si comenzamos a hablar de nuevo de estas cosas, volvemos al franquismo, que este tema le encantaba a los del Movimiento.

La verdad es que produce un infinito cansancio todo esto. Probablemente, incluso de no haberse dado el suceso del Prestige , a lo mejor estaríamos en otros temas, pero éste, de pronto, te sientes como cuando en un bombardeo suenan las sirenas que todos buscan refugio. Los catalanes ya lo han llamado caradura, y Piqué ha llamado desconsiderado al del Constitucional, y me imagino que los gallegos del Nunca Mais estarán que echan chapapote por las narices. Aquí, en Extremadura, como somos de la tribu del PER, pues todo lo demás casi no se entiende, y hasta caen bien estas filípicas de Aznar buscando votos debajo de las piedras. Y así nos pasamos la vida, buscando votos unos y otros, incluso adelantando acontecimientos futuros como son los del AVE en Extremadura, donde dicen que va a haber ya un corredor de alta velocidad, cuando la mayoría estaremos muertos.

A veces las tribus se unen. ¿Cuándo íbamos a pensar que a un director español de cine le iban a dar un Globo de Oro en América? Pues ahí está Almodóvar rompiendo con las tribus. Porque la realidad es que la tribu de Aznar y de Bush están unidísimas con la guerra. Tiempos raros y encima con elecciones. Es la última esperanza: que los votos pongan a cada cual en su sitio. Lo malo es que puede haber llantos y chirriar de dientes. ¿Qué piensa el mundo del silencio? Es la última esperanza que nos queda. Que sean silenciosos, pero justos. Por favor, no más tribus...