TEtn la calle Alcalá, al lado de un quiosco de prensa, Tahúr está junto a una sucia mesita con tres vasos boca arriba y un euro revenido. Sus cómplices se mezclan entre el público, que se arremolina en torno a la mesa de juego.

--Hagan juego señores, que es muy fácil ganar --grita el charlatán haciendo ensayos fáciles para atraer a la gente.

Arriba, en su despacho, la señora ministra está reunida con los medios de comunicación justificando los malos resultados sobre el fracaso escolar publicados recientemente por una revista profesional.

--Señoras y señores, la Educación para la Ciudadanía es tan importante como las Matemáticas o la Lengua --dice la señora ministra enrabietada dirigiéndose a los periodistas--. El hecho de no poder cumplir con el compromiso de Lisboa 2010 (10% de abandono escolar) no significa que mi ministerio lo esté haciendo mal, pues Malta y Portugal tampoco lo van a cumplir. Mucha culpa la tiene lo intenso y rápido que ha sido el cambio en nuestro sistema educativo. La LOGSE debería haberse aplicado mucho antes. No obstante lo realmente importante es la flexibilidad y el talante, y como con el talante no he conseguido bajar del 30% de fracaso escolar, ahora voy a proceder a la flexibilidad, que son resultados seguros. Liquidados los exámenes de septiembre y eliminado el cero en las calificaciones, que sólo sirve para traumatizar a los pobres alumnos distraídos e inquietos, ahora dejaré promocionar a quienes suspendan tan sólo cuatro asignaturas de Bachillerato: ¿por qué van a tener que repetir lo ya aprobado? ¡Vaya inquina!

A algunos políticos se les llena la boca hablando de la Educación como pilar básico para una sociedad más justa y equitativa, sin embargo les importa tres pitos, a tenor de las decisiones que toman cuando ocupan puestos de responsabilidad.

En marzo del año 2000 el Consejo de Europa celebrado en Lisboa llegó a un importante pero difícil compromiso: conseguir que la economía europea llegara a ser la más dinámica y competitiva del mundo en tan sólo 10 años; este acuerdo se denominó la Estrategia de Lisboa.

En cuanto al abandono escolar temprano se acordó reducir la cifra en cinco puntos para el 2010. España en el año 2000 tenía una tasa de fracaso del 26´6% y en el último informe publicado por Magisterio el fracaso ha aumentado en tres puntos 29´6, 1´1 puntos en el último año. La media europea se sitúa en el 15´7%.

Por supuesto que el compromiso de España ha quedado en agua de borrajas. A pesar de ello la señora ministra de Educación ya ha encontrado la fórmula para cumplir el próximo compromiso: aprobar a todos los alumnos o dejarlos promocionar hasta que se estrellen. Lo que está claro es que para esta empresa no va a contar con la complicidad de los profesores. La dignificación de la labor docente no se consigue aprobando a todos los alumnos, al margen de los conocimientos que estos tengan.

*Presidente autonómicode CSI-CSIF Extremadura