TLtlega el estío, y pese a que los días cada vez se nos hacen más largos, la realidad se sigue presentando segmentada. Quizás con la llegada de los calores vamos intentando, los analistas de la situación política, priorizar, en ocasiones y según pasa el tiempo con mayor dificultad, el interés de las noticias que nos rodean. Es cierto que este mes de junio estamos asistiendo, ya sea a nivel nacional, ya sea a nivel regional (e incluso local) a un aluvión de continuos elementos generadores de opinión. Hoy he seleccionado la vuelta a la calle de la derecha tradicional con su respetable calendario de reivindicaciones. La verdad es que siempre es preferible (aunque hay que tratar de guardar las mínimas normas de convivencia) esta forma que otras despreciables fórmulas de presión.

Recuerdo a Acebes argumentando la posición del PP en la denominada manifestación en defensa de la familia, del pasado sábado, y no entiendo como alguien se extraña o incluso se molesta: es la postura de la derecha de toda la vida, aquélla que no está dispuesta a estar en sintonía con los nuevos tiempos, o si lo prefieren, aquélla que tiene unos valores o principios fundamentales inamovibles.

Por esa razón no es ni mucho menos sesgada esta forma de hacer política. Son consecuentes con lo que siempre han representado. Cosa distinta es que, en virtud de las circunstancias les haya convenido disimular, mirar para otra parte o no responder directamente a cuestiones de interés social que podrían perjudicar su imagen de centro reformista y lo que es peor, disminuir sus expectativas electorales. Que parece ser que es lo que importa.

No caigamos, por tanto, en el eufemismo, cuando queremos defender nuestras ideas e ideales. Bueno sería que, caiga quien caiga, pudiéramos expresar siempre con aproximada exactitud nuestros planteamientos. Y no estuviéramos al albur de lo que puedan pensar los demás, de si perjudica al partido en su carrera a no sé donde, precisamente ahora que nos estamos recuperando .

Así pues, bienvenidas sean las movilizaciones de parte de la Iglesia y del PP en defensa de sus verdades morales inmutables o de su eterna y predeterminada concepción de las relaciones humanas. Son lo que son.

*Doctor en Historia