Que Sánchez está hecho un lío con el asunto de la nación de naciones es evidente.

Si pensábamos que con lo de la plurinacionalidad había roto la barrera del sonido, él siempre está ahí para demostrarnos que es imbatible.

De su «todas las naciones son España» a su más reciente «tenemos un concepto no nacionalista del término nación», sus declaraciones dejan claro que es imposible que tenga un proyecto para España.

«Los cambios están en el ADN de Pedro Sánchez». Al final ha terminado por «inventarse un país» porque «no sabe qué país necesitamos».

Vara ya nos lo advirtió y todo se ha cumplido. Todo, excepto su promesa como presidente de la Junta de ser leal a Extremadura por encima de sus intereses y los de su secretario general.

¿Cuánto cuesta una silla? Por ahora, a los extremeños nos va costando un hermano de Sánchez enchufado en la Diputación de Badajoz y el voto de los socialistas en la Asamblea autonómica a favor del Estado plurinacional.

La cuota más reciente la pagamos en el acto de entrega de las Medallas de Extremadura.

La silla nos costó un trono para el emperador Pedro Naciones como invitado de honor del presidente de la Junta y centro de todas las cámaras de la televisión pública.

Sánchez se sentó en el sitio reservado para el rey de España en un acto que se supone que es para el «protagonismo ciudadano».

¿A quién representa Pedro Sánchez para ocupar ese lugar? Ni siquiera Vara le votó, aunque sí ha perdido todo el respeto por los extremeños y por esta tierra que utiliza para satisfacer su ego.

El problema es que la deuda de Vara con Sánchez no está saldada todavía. No es suficiente la utilización de las instituciones públicas para colocar al hermano ni la ruptura de la voz unánime que siempre hemos tenido en Extremadura acerca de la solidaridad interterritorial.

No basta con el trono en el acto de las medallas.

El problema es que de muy buena tinta se sabe que Ferraz le ha dado instrucciones de que se aleje del Partido Popular para acercarse a Podemos. Con los presupuestos en el horizonte, la amenaza ahora es el retorno a La Corrala.