Estimado presidente de la Junta:

Quería comentarle en mi carta de esta semana la alegría que sienten los extremeños por la llegada de nuestra televisión. No han olvidado, don Juan Carlos, cuánto disfrutaron en aquellos meses que veíamos los programas hechos aquí, por profesionales de la región, que recorrieron docenas de pueblos entrevistando a multitud de paisanos contándonos sus vidas y milagros junto a sus historias personales, y presumiendo de paisanaje. No sé usted, pero yo, escuché hasta homilías en algunas iglesias de nuestros pueblos donde los sacerdotes hablaban de nuestra tele y defendían su permanencia, sin entender que se cerrara aquella ventana de ilusión y autoestima, abierta por su gobierno, contra viento y marea, y que cerró la subjetiva interpretación de la justicia que tienen algunas personas, cuyo oficio es juzgar.

Y en estas estábamos, deseando que se vuelva a abrir la tele extremeña, cuando empieza la guerra de los sueldos que deben cobrar los profesionales del nuevo medio. ¡Cuánta hipocresía, señor presidente! Tiene usted que decirle al bueno de Gaspar que pase y se dedique a trabajar, con la dignidad y entrega que siempre le distinguió en su labor profesional, para que cuanto antes comiencen las emisiones. La verdad, don Juan Carlos, es que usted tiene algo de culpa en esto de los sueldos; siempre quiso usted que Extremadura diera ejemplo de austeridad por los sueldos de los cargos públicos, cosa que debemos valorar pero al paso de los años el listón se ha quedado bajo. Además, ¿por qué comparar el sueldo del compañero Gaspar y el de un consejero?, tendrán que comparar con los sueldos de directivos de medios de comunicación.

Anunciaba a nuestros lectores, querido presidente, disculpe que públicamente le trate así pero hoy la alegría que siento me permite el atrevimiento, que trataría en esta carta de la tele y el AVE y estoy ya casi sin espacio para felicitarle por esa gran noticia que nos regaló usted el jueves, anunciando el AVE para Extremadura en el 2010. Déjeme mandarle un fuerte abrazo por este logro que, estoy seguro, le ha quitado muchas noches el sueño y al que habrá dedicado meses de trabajo. Con mi respeto, atentamente.

*Periodista