WEwl Tribunal de Cuentas acaba de dar un tirón de orejas a la Universidad de Extremadura por la demora en la aprobación del Presupuesto del 2001. El tribunal pide a la institución extremeña algo que, por obvio, parece innecesario pedir: que sus cuentas anuales se aprueben con anterioridad al día --primero de enero de cada año-- en que entran en vigor. La indisciplina de la Uex a la hora de elaborar y aprobar sus presupuestos trasciende rectores, puesto que a esa demora del 2001, cuando se aprobaron en mayo de ese mismo año, le siguió la mayor demora del 2002 (se aprobaron en noviembre) y la del 2004, todavía no aprobados. De las dos primeras demoras es responsable el ex rector Ginés Salido; de la actual, Francisco Duque. Desde la universidad se argumenta, a todas luces sin base, de que no es posible cumplir los plazos que exige el Tribunal de Cuentas porque el presupuesto de la Uex depende de las transferencias de otras instituciones, como la Junta. Lo mismo podría decir la propia Junta respecto a sus presupuestos y a las transferencias del Estado. Más propiamente esta demora, que será de nuevo significada en años venideros, es una consecuencia más de la difícil situación financiera por la que atraviesa la Uex, continuamente con insuficiencia de fondos.