Este periódico daba cuenta el pasado jueves de que un equipo de investigadores de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Extremadura (Uex) está ultimando una vacuna contra la leishmaniosis, una enfermedad infecciosa que ataca a los perros --también el hombre es víctima de la misma en algunas zonas del planeta-- y que, por sus características y desenlace, se le conoce como "el sida" de estos animales. Las consecuencias científicas --y económicas-- de un trabajo como el que realiza Veterinaria son fáciles de entender solo con tener en cuenta que la leishmaniosis es padecida por aproximadamente el diez por ciento de los perros y que actualmente la investigación que se hace en sus laboratorios es única en el mundo. Son estas circunstancias --a las que hay que añadir que quien está financiando el trabajo de los veterinarios es el laboratorio Leti, de prestigio europeo y especializado en vacunas animales-- las que muestran la solvencia científica del grupo de investigadores extremeños, a los que nadie ha regalado nada; al contrario: si están investigando la vacuna de la leishmaniosis es porque su línea de trabajo convenció, frente a otras, al laboratorio que la paga.

Este hecho pone de manifiesto que Extremadura también tiene una cara de vanguardia que mostrar más allá de nuestras fronteras nacionales e internacionales. Y que esa cara merece no solo ser publicitada, sino alentada y financiada, porque la investigación es la industria del futuro.