El ayuntamiento cacereño ha presentado un avance de lo que será el plan de urbanismo de la ciudad para los próximos años. Las nuevas normas, como aspectos más llamativos, contemplan la posibilidad de crear un aeropuerto en el campo de vuelo de La Cervera o la construcción de un cinturón viario que discurra por el sur y oeste de la ciudad. Pero si algo caracteriza al nuevo plan general es la ambición de los proyectos, donde se dan las pautas urbanísticas necesarias para desarrollar grandes obras de infraestructuras. A diferencia de los anteriores, este plan está concebido bajo el eje del gran cinturón viario que rodeará Cáceres en un futuro, como son las autovías de la Plata, la de Trujillo e, incluso, la de Badajoz, aún en el aire. Porque sobre la base de las comunicaciones, con especial atención a la estación del AVE, se establecerán las grandes áreas de expansión. Sin embargo, tan ambiciosos planes, pese a sus posibles beneficios, pueden correr el riesgo de quedar lejos de las verdaderas inquietudes de una población obligada a vivir un presente de realidades inciertas. Porque no hay que olvidar que el éxito de cualquier norma radica en su capacidad de adaptarse siempre a las necesidades de los ciudadanos.