Respecto al debate de la restricción al tráfico en ciertas zonas de la ciudad de Cáceres creo que deberíamos empezar distinguiendo entre la plaza Mayor y las zonas adyacentes del casco antiguo de la ciudad, como son Caleros, Tenerías, Arco de España, Hornos, Gallegos, etcétera.

En estas últimas estamos hablando de calles estrechas, aceras prácticamente inexistentes y viviendas de planta baja que no están preparadas para soportar la circulación rodada y en las que la restricción al tráfico traería numerosas ventajas: entre otras, los transeúntes podrían caminar sin sentirse amenazados por los vehículos, las personas mayores y niños podrían salir de sus casas sin temor a ser atropellados y los vecinos verían reconocido su derecho al descanso por encima de la tremenda contaminación acústica que produce la circulación pegada a casas de planta baja así como el deterioro que supone en la estructura de las fachadas y los balcones.

Creo que es importante el respetar el derecho real de todos los ciudadanos, con o sin coche, a disfrutar y a usar su ciudad en detrimento del supuesto derecho de los coches a circular y aparcar donde quieran y como quieran. Por último, la restricción al tráfico en estas calles protege nuestro patrimonio cultural muy deteriorado por el abuso del tráfico rodado y del cual todos nos sentimos muy orgullosos en la ciudad de Cáceres, ¿o no?

El caso de la plaza Mayor, sin embargo, puede ser diferente al ser un espacio amplio donde podría convivir el peatón y la circulación rodada. Si apoyo la restricción al tráfico es porque pienso que es la forma de revitalizar este espacio. Cuando se cerró la calle San Pedro parecía que el aislamiento de la zona iba a paralizarla, sin embargo no ha sido así y es en esta calle donde se concentra la mayor parte del comercio de la zona. Esta revitalización pasa porque el ayuntamiento se comprometa a hacer de este entorno uno de los centros, sino el más importante, de la vida social y cultural de Cáceres: organizar ferias de muestras de artesanía, la feria del libro, conciertos de todo tipo de música, espectáculos de luz y sonido y otras actividades que no tienen por qué representar grandes molestias a los vecinos de esta zona y que no sólo deben estar orientadas al turismo.

En resumen: sí a la restricción al tráfico, sí a su realización previa consulta y discusión con todos los sectores implicados, sí a la revitalización del casco antiguo y sí a predicar con el ejemplo. Esto último sería algo así como que el ayuntamiento y la diputación, entre otras instituciones, reservaran plazas en el párking Obispo Galarza para sus coches oficiales y de trabajo. De esta forma, diputados, ediles y funcionarios disfrutarían de un gratificante paseo de menos de 5 minutos, que es lo que se tarda desde este aparcamiento a la plaza Mayor de Cáceres.

*Presidente de la AAVV Ciudad Monumental y profesor titular de la Facultad de Veterinaria