A temperaturas de castigo celestial, las vacaciones han empezado, y qué vacaciones. Grecia, nuevo Gobierno, ley mordaza y, por desgracia, más corrupción. Si el problema no es hablar, es no hablar.

Siempre suelo esperar a última hora para escribir los artículos, no fuera a ser que dijera que Grecia sale del euro al no pagar lo que debe y me encuentre la sorpresa que horas antes la UE cede al chantaje bravucón de un histriónico ministro bajo la sorpresa, por ejemplo, de que los españoles, y otros muchos europeos, con nuestros impuestos y sacrificios hayamos pagado parte de su inmensa deuda, además de nuestra inmensa deuda, es decir, que pagamos lo nuestro y lo de los demás, con el agravante de las declaraciones de alguno, que con pólvora ajena, porque no es la suya, es la de todos, defienda que sean los ciudadanos de otros países los que paguen el mal gobierno de otro país, España tuvo mal Gobierno pero pagó y paga.

Y es que el problema no es ayudar, ser solidario, soberanías, FMI, yugos alemanes o capitalistas sin escrúpulos, el razonamiento es bien sencillo y con todos mis respetos a mi amigo Antonio que fue quién me lo explicó, si tu casa cuesta doscientos mil euros y la de tu vecino sesenta mil euros, la tuya cuesta la mitad y la de tu vecino el doble pero la diferencia la pagas tú. Pero por si Grecia no fuera poco, el cambio de Gobierno. Que si creo, que si quito, que reforma fiscal, que si otras mejillas que si distinto porque tú me has hecho mejor... qué bonito es el amor, y la política, pero qué incertidumbre crea, sobre todo si no sabes si el que gobierna, gobierna o gobierna para seguir gobernando, y no es de hoy, ya lo fue con anterioridad. Además, la ley mordaza, o así rebautizada, que uno ya no sabe qué puede o no puede hacer pero más por los "diretes" que por los "dires" pues la mayoría de las actuaciones ya estaban contempladas de algún u otro modo en código civil, penal o sanción administrativa, aunque ciertamente hay algún exceso de celo. Quizás me asuste más la mordaza a los medios de comunicación implícita que no explícita y de la que pocos se han hecho eco.

En fin, felices vacaciones y desconecten, pero poco... que nunca se sabe si dos horas antes...