Si toda la población española puede ser contagiada por el virus de la gripe A, ¿qué razón hay para discriminar entre los que pueden y no vacunarse? Si se señala al de los maestros como uno de los principales grupos de riesgo, por lo que, en consecuencia, han de ser vacunados, ello no se hace en función de la mayor gravedad con que en sus personas puede cursar la gripe, sino de su exposición al contagio, de suerte que, según la lógica y las últimas palabras de la propia ministra de Sanidad, las posibilidades reales de que los enseñantes contraigan el nuevo virus gripal no son mayores que las que acechan a los camareros, a los conductores de autobuses, a los dependientes de comercio o a las compañía teatrales. Todos, pues vivimos juntos y a menudo revueltos, debemos ser vacunados.