El Día Mundial del Medio Ambiente ha traído a Extremadura una magnífica noticia: el parque natural de Monfragüe será declarado reserva de la biosfera. Aunque anunciado con cierta premura, la Unesco reconoce que no habrá inicialmente ningún problema para que en pocos meses las 110.000 hectáreas de Monfragüe sean preservadas como un bien mundialmente reconocido y pasen a engrosar la red española de tan importante distinción. Obtener el reconocimiento de reserva de la biosfera no es baladí. Por un lado, el buque insignia del medio ambiente extremeño obtendrá mayores ayudas económicas directas y, por otro, aumentará el flujo turístico hacia uno de los enclaves regionales que más visitantes recibe cada año. Aún estando orgullosos de contar con este título ecológico mundial, los esfuerzos de la Administración autonómica deberían encaminarse ahora hacia la declaración de Monfragüe como parque nacional. Si bien es cierto que de esa manera la gestión pasaría a manos del Gobierno, seguro que hay fórmulas para compartirla. No se puede privar a Monfragüe de estar en la red nacional cuando mundialmente se le reconoce su valor medioambiental.