La semana pasada ya adelantamos el resurgir del romance entre PSOE y Podemos en Extremadura, con el anuncio de la negociación de los próximos presupuestos. Los hechos acaecidos esta semana nos lo confirman. Guillermo Fernández Vara y el PSOE han decidido volver a la corrala, han dejado las primeras evidencias de que están dando los pasos para un futuro gobierno de coalición desde la izquierda.

Este cambio repentino, tras dos años de sequía de negociaciones presupuestarias por parte de Podemos, se escapa a la voluntad de los protagonistas extremeños. Es una orden que viene desde Madrid, de Pedro Sánchez que, tal y como viene siendo habitual últimamente, el señor Guillermo Fernández Vara no le defrauda y cumple a rajatabla, y del señor Pablo Iglesias, que esperaba como agua de mayo el resultado de la elección de Pedro Sánchez como secretario general.

Tenemos como anticipo lo ocurrido en Castilla-La Mancha y la propuesta de incorporarse al Gobierno, aceptada ya por las bases de Podemos. Porque el Partido Socialista ya no oculta su podemización. Tampoco aquí en Extremadura.

El señor Fernández Vara lo mismo nos dice que la plurinacionalidad sería terrible para Extremadura, como que vota a favor de ella y afirma que es hasta necesaria. Porque sus principios son tan firmes como lo que tarda el señor Sánchez Castejón en ordenarle lo contrario. Porque todo vale con tal de mantenerse en el sillón. Todo, incluso jugar con el futuro de los extremeños.

La mediocridad no se debería imitar, decía Balzac. Por ello, mientras que PSOE y Podemos maquinan para formar un gobierno de coalición, el Partido Popular, con su presidente Monago a la cabeza, seguirá trabajando por y para los extremeños. Seguirá recorriendo sus pueblos, escuchando a sus vecinos y haciendo una oposición constructiva. Porque hay que ocuparse de los problemas reales de los extremeños y para conocerlos, primero, hay que escucharlos de primera mano, y el señor Fernández Vara ni está y ya ni se le espera.

El Partido Popular no va a participar en el juego de la silla. Luchará por Extremadura y los extremeños, independientemente de estrategias maquiavélicas que tienen como único punto en su programa evitar que gobierne el PP.