Finalizado ya el curso escolar, y a mitad de legislatura, nuestra a nuestra Consejería de Educación le han quedado varias asignaturas pendientes para septiembre, quizás no para superarlas, pero sí para retomarlas con la idea de aprobar en junio de 2018 y no esperar a la última convocatoria, la de 2019.

La primera gran asignatura pendiente es el profesorado, y con una mención expresa al funcionario de carrera, sin olvidar por supuesto el resto.

No hay más que recordar el título del último acuerdo relevante, por cierto, mutilado por los recortes desde 2012, ‘Acuerdo para la mejora de la educación del siglo XXI’.

Todos los funcionarios, pero especialmente el docente, han sufrido en exceso las consecuencias de la crisis. Si bien es cierto que muchos de los recortes nos viene impuestos por el Gobierno central, no lo es menos que Extremadura tiene potestad y autonomía para dentro de sus competencias mejorar las condiciones sociolaborales de los docentes, bien a través de sus complementos autonómicos a nivel salarial, bien a través de decretos, órdenes e instrucciones para adoptar las medidas organizativas y pedagógicas que mejoren las condiciones laborales como por ejemplo y entre otras muchas, para volver a las 18 horas de manera efectiva.

La segunda asignatura pendiente es la estabilidad de las plantillas y el bilingüismo.

La oferta de empleo público, que se presume para cuatro años nunca vista, debiera servir en parte para «crear» plazas bilingües que no reconvertir las ya existentes, que son de Primaria pero secuestradas por el bien presupuestario.

Quiero imaginar, al hilo de la oferta, que también se tendrá la precaución de generar los huecos suficientes para que Extremadura se aproveche de la misma, dicha precaución sólo pasa por convertir las plazas funcionales en orgánicas y eso hay que hacerlo con mucho tiempo de antelación pues corremos el riesgo de no poder ofertar todas las que nos correspondieran y obligar a nuestros docentes interinos u opositores a emigrar a otras comunidades.

En fin, no se debe pasar con dos instrumentales suspensas, aunque se saque un cinco de media, así que nos vemos en septiembre.