Concejal de Culturade Cáceres

Desde que se comenzaron a detectar las deficiencias sanitarias en Cáceres, han surgido múltiples voces y acciones para conseguir superarlas. Fue a partir del acuerdo unánime tomado por todas las fuerzas políticas en el pleno municipal del 10-5-01 cuando las actuaciones estuvieron más organizadas y planificadas, sin olvidar en absoluto el buen quehacer de la Plataforma Pro-Nuevo Hospital. No deja de resultar malévolo y arrogante quien presume de poseer capacidades de introspección para opinar sobre las razones que tienen personas o grupos para apoyar de una manera u otra alguna reivindicación. De cualquier manera, antes de esta reivindicación unánime y antes de las transferencias sanitarias a la Junta de Extremadura, el alcalde había pedido para Cáceres un centro sanitario de referencia cuatro. Y antes de las transferencias sanitarias, el alcalde había pedido un centro de salud para La Mejostilla, que había sido concedido y presupuestado por el Insalud en 570 millones de pesetas y la Consejería de Sanidad aún no lo ha construido. El equipo de gobierno municipal, con su alcalde a la cabeza, siempre se ha presentado y explicado a los ciudadanos, con verdades completas y sin miedo, lo que quieren y defienden para Cáceres. Las verdades son las realidades, y ahí está una ciudad que poco se parece a la de hace siete años.

Queremos, exigimos y estaremos vigilantes para que sea un hospital adecuado a las necesidades de esta ciudad en el siglo XXI. No tomanos en consideración, de momento, las declaraciones de un experto como el presidente del sindicado de Médicos y Enfermeros cuando ha señalado que con los 48 millones de presupuesto anunciado por el consejero no es posible hacer un hospital mínimamente digno, y que se necesitarían 108 para crear un centro adecuado a las necesidades de Cáceres. Esperemos que no se trate de un globo que se ha hinchado demasiado y que se pinche antes de ascender, lo mismo que ocurrió con la autovía Cáceres-Trujillo en 1991 y que explotó tanto que es ahora cuando va a comenzar su construcción. Prometer es muy fácil, pero lo importante es cumplir lo prometido y convertir en realidad las promesas.