Por estas tierras de los septentriones extremeños corre un adagio que dice así: "Ves el chozo, ves el guarda; ves el burro, ves la albarda . El significado salta a la vista: por las trazas del continente se saca el contenido, o viceversa.

Pues ahora que está tan de moda el senderismo, ¿qué pensarán los senderistas sobre muchos de nuestros campesinos? No traemos a colación las nebulizaciones propias de los pesticidas, herbicidas, fungicidas y otros suicidas (contenido), que están asolando nuestros campos, sino su continente. Y es que das cuatro zancadas y aparecen por doquier los envases plastificados de tales productos químicos. Cuando no son estos envases, son latas de aceites y gasóleos para motosierras y tractores. O botellines y sprays de productos veterinarios. O sacos de abonos y de piensos...

Pero no sólo nuestros campesinos contaminan algaidas y longueras. También aparece el excursionista, carente de un mínimo de conciencia ecológica, que tira el envase de la cerveza o el refresco donde le viene en gana, o el papel de aluminio, u otros receptáculos de mil y una maneras.

Sobran pues, tantos indicadores y croquis (muchas veces atiborrados de errores garrafales) al inicio de nuestras veredas y cordeles, y falta hace mayor mentalización sobre lo que implica nuestro patrimonio natural. FELIX BARROSO GUTIERREZ. Santibáñez el Bajo