WEwl Gobierno de George Bush ha vetado el uso de tecnología estadounidense en los 12 aviones que España ha vendido a Venezuela. Esta decisión, que en gran medida ya se esperaba, no bloqueará el contrato de suministro de material aeronaval español al Gobierno de Hugo Chávez , ya que esos componentes pueden ser sustituidos por otros con patente europea.

El conflicto demuestra hasta qué punto conviene que el sector armamentístico español esté ligado al de otros socios de la UE, con autonomía para mantener una estrategia comercial propia. Pero, sobre todo, es un indicador del malestar por el acercamiento del Gobierno español a un régimen que Bush querría aislar diplomáticamente.

El embajador de Estados Unidos en España, Eduardo Aguirre , apuntó el viernes que el incidente no debería empeorar las relaciones bilaterales. Pero resulta absurdo intentar aparentar que el veto es una decisión empresarial, como hizo ese mismo día el Ministerio de Exteriores, para ser desmentido inmediatamente por Washington. Se trata de un desplante político que no ayuda a la necesaria y aún pendiente normalización de unas relaciones marcadas por el resquemor de EEUU desde la retirada española de Irak.