XLxa puesta en marcha de los nuevos trenes Regionales de Extremadura el día 3 de abril de 2005, ha llenado la prensa de noticias sobre los nuevos trenes que han hecho exclamar un ¡por fin!, a la sociedad extremeña y al colectivo ferroviario, deseosos de abandonar el furgón de cola de las comunicaciones ferroviarias y de poder disfrutar de estos trenes que circulaban hace muchos años por el resto del Estado español.

Nos queda la duda si habremos llegado a tiempo para engancharnos al tren como medio de transporte competitivo, cuando, en nuestra región, la carretera lleva años con millonarias inversiones en nuevas construcciones y mejoras, que están dando sus frutos ahora, mientras que el ferrocarril ha sufrido un abandono progresivo tanto en las infraestructuras como en el material rodante que circulaba por nuestras vías.

No podemos olvidar el agravio comparativo y la discriminación que supuso para nuestra región, el cierre de la línea Ruta de la Plata que comunicaba todo el Oeste peninsular de Norte a Sur. Hace ya 20 años que cerraron la línea desde Plasencia hasta Astorga, lo que ha supuesto el aislamiento ferroviario con el Norte de España y un servicio muy deficiente con el Sur, mientras que se potenciaban otros ejes ferroviarios del territorio nacional, aumentando con ello las diferencias entre las regiones. El cierre de esta línea nos ha obligado a los extremeños a unas comunicaciones, tanto de mercancías como de viajeros tercermundistas por la carretera N-630, sin que ningún gobierno lo haya solucionado, ni el nuevo Plan de Infraestructuras Ferroviarias (PEIF) lo contemple a corto plazo.

Conociendo el estado de las vías extremeñas, vía única, sin electrificar y con muchas necesidades de mejoras de infraestructuras, la apuesta por el ferrocarril regional debe ser generosa y sincera, no hablando tanto de la cantidad y calidad de los nuevos trenes como de la intención sincera de apostar por el tren regional como medio de transporte público, necesario y con futuro, que sirva a los ciudadanos, y en especial a colectivos concretos, como a los estudiantes, trabajadores, jóvenes y personas mayores, turistas y en general a toda la población que utiliza por necesidad el vehículo propio, evitando los peligros de la carretera, ahorrando energía y ayudando a mantener limpio el medio ambiente.

La recuperación del número de viajeros debe ser el objetivo principal de la nueva gestión, que frene el abandono progresivo de este medio de transporte en Extremadura, objetivo ya conseguido en el resto del Estado español. Para ello es necesario un transporte con horarios adecuados, rápido y económico que facilite una buena comunicación tanto de ámbito regional como provincial. Hacer campañas informativas, que lleguen a todos los colectivos, como a los universitarios, a los que se les facilitan los desplazamientos con los distritos universitarios tan dispersos y alejados geográficamente; a los trabajadores y funcionarios de la Junta que diariamente se desplazan por carretera a cumplir su horario laboral, imitando la red de cercanías de las grandes ciudades, a los colegios para que los escolares utilicen el tren en sus excursiones por la región y les convierta en posibles usuarios del futuro, y en general a toda la población, informando y contando con la colaboración de los ayuntamientos y las organizaciones sociales y profesionales.

La idea central del convenio firmado por la Junta, Renfe y el Ministerio de Fomento es la mejora de las relaciones ferroviarias interiores, creando una red de trenes regionales que comuniquen la comunidad autónoma de Norte a Sur y de Este a Oeste. La situación geográfica de Mérida, la convierte en punto estratégico para enlaces y cambios de viajeros y trenes, pero no debe ser un punto obligado de transbordos, más bien al contrario, se deben mantener los trenes directos que existían y crear otros, coordinando en Mérida las llegadas y salidas de todos para facilitar el cambio de viajeros a otros destinos. En el caso de la provincia de Cáceres , la primera impresión es claramente negativa, se han suprimido dos relaciones directas con el Sur, el tren Plasencia-Sevilla, que permitía el viaje directo hasta Sevilla, Almendralejo, Zafra y Llerena. Así como otro tren que llegaba hasta Zafra. La salida desde Plasencia en un horario intempestivo (las 5.20 de la mañana) no es válida para la comunicación en un horario comercial con la capital de la provincia, y en cuanto a la comunicación con el Sur, obliga a un transbordo en Mérida con una espera de 40 minutos, que unido al excesivo tiempo de viaje, hace que de hecho , se pierda esa comunicación con Sevilla y con el resto de Andalucía. Esta forma de entender la comunicación regional olvida la necesidad más real del movimiento de la población en el ámbito de la provincia, las capitales Cáceres y Badajoz, que son las receptoras de las mayores demandas de movimiento de la población, han quedado peor comunicadas que antes. También, este diseño de trenes regionales, hay olvidos en nuestra provincia, como la comunicación Cáceres a Valencia de Alcántara por la línea de Madrid-Lisboa.

Por todo lo anterior es necesario que la puesta en marcha de este proyecto cuente con el compromiso sincero de la Junta , que debe ser la principal interesada en el mantenimiento del ferrocarril en nuestra comunidad, que se apueste por él sin racanería, como un proyecto de futuro, flexible a posibles cambios, insistiendo en que para que los trenes funcionen y sean competitivos deben disminuir los tiempos de viaje (y no a costa de suprimir paradas en estaciones), evitar los excesivos transbordos y servir como medio de transporte a una sociedad que lo necesita, y que no sea una mala gestión la que lo deteriore.

Confiaremos en ello, deseando que en un futuro, en Extremadura, los ferroviarios podamos seguir diciendo: ¡Viajeros al tren!

*Presidenta del comité provincial de

Cáceres del ADIF, antes RENFE