TLta Academia Europea de Yuste homenajea a los mayores, solicita más esfuerzos en su atención y presenta una lista de medidas que podían servir a los problemas derivados del envejecimiento. En la habitación de al lado, como quien dice, una trabajadora/mala/uva intenta mandar a un anciano al seno de Abrahan a base de puntapiés y leches. Dijo Cicerón que la vida era una comedia cuyo último acto estaba mal escrito. Puro borrón, podríamos decir, visto lo visto.

Los malos tratos a los ancianos son muy frecuentes. Una amiga trabajaba en una residencia, propiedad de una prestigiosa, beatífica y avasalladora institución. Le pusieron a prueba el estómago y las agallas con la falta de limpieza, la inmunda comida, la falta de atención y el trato a los acogidos: no aguantó, denunció y se marchó. Todas las energías se encauzaban, piadosamente, hacia el único objetivo importante: las cuotas, caras, carísimas, de la estancia.

La declaración de Yuste podría remover, además de conciencias, los planes para la vejez que duermen en algún cajón, de su amo tal vez olvidados. La política sobre la vejez ha de vigilar los abusos y dotar a la sociedad de plazas suficientes para invalidar la especulación que devora todo humanismo y la masificación.

*Licenciado en Filología