Nadie se ha sorprendido por lo que ha ocurrido en la Federación Española de Fútbol. La detención e ingreso en prisión de Ángel María Villar estaba cantada desde hace mucho tiempo, pero parece que sólo los ciudadanos éramos conscientes del tejemaneje que había en ese organismo y también parece que nadie quería meter mano a un asunto tan turbio. Pero, al final, la justicia, aunque a veces divina, se impone y coloca a cada ladrón en su lugar.